La caridad es tocar a otro con el amor de Jesús. Jesús no tiene manos solo las nuestras. Su misericordia, Su compasión y Su amor son mediados a través de nosotros. Nosotros somos los instrumentos de Su amor.
La caridad debe empezar en casa, pero no debe terminar ahí. En el Evangelio de San Mateo (25:31-46), Jesús nos recuerda que tenemos que llegar hasta los que tienen hambre, los que tienen sed, los extranjeros, los desnudos, los enfermos y los que están en prisión. Si no somos capaces o no estamos preparados para hacerlo personalmente, debemos apoyar a quienes pueden hacerlo. Este es el ministerio de Caridades Católicas de Dallas.
Algunos son capaces de donarse generosamente pero si no podemos hacerlo, podemos donar de nuestra sustancia. Los donativos hacen posible que Caridades Católicas de la bienvenida al extranjero, alimente al hambriento, de esperanza al desesperado y traiga la compasión, amor y misericordia de Jesús a hambrientos, inmigrantes, personas sin hogar, quienes han caído en la desesperación y a los solitarios.
La Beata Madre Teresa expresó, “No es cuánto damos, sino cuánto amor pusimos al hacerlo.” Cada uno de nosotros necesitamos realizar nuestros donativos a Caridades Católicas llenos de amor el próximo domingo. Es una forma en la que podemos prestarle nuestras manos y nuestro corazón a Jesus.