Obispo Kevin Farrell

Pastor Principal de la Diócesis Católica de Dallas

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Amoris Laetitia: Reflexiones del Cardenal Schönborn

abril 26, 2016 By Bishop Kevin J. Farrell

Reflexiones del Cardenal Schönborn

Al realizar una peregrinación compasiva a la isla griega de Lesbos por invitación del Arzobispo Griego Ortodoxo Jerónimo II en la compañía del Patriarca Ecuménico Bartolomé I, el Papa Francisco mostró, una vez más, que la misericordia es algo que va más allá de la simpatía e incluso la empatía y que requiere de acción.

Los tres jerarcas hicieron una petición conjunta a los países europeos a abrir sus fronteras a miles de refugiados del Medio Oriente detenidos en Grecia. Luego, en un gesto extraordinario, el Santo Padre trasladó a Roma a tres familias de refugiados sirios como huéspedes del Vaticano.

En el vuelo de regreso, se le preguntó al Papa si su reciente exhortación apostólica ofrece alguna esperanza de volver a la Eucaristía a los Católicos divorciados vueltos a casar sin haber anulado su matrimonio. La respuesta del Papa Francisco fue ‘sí’, mencionando al corresponsal las palabras del Cardenal Christoph Schönborn cuando el Arzobispo de Viena presentó Amoris Laetitia en una conferencia de prensa vaticana el 7 de abril. Puesto que muchos han hecho esta misma pregunta, les ofrezco una cita de algunas de las reflexiones del Cardenal Schönborn mencionadas por el Papa Francisco.

Estamos hablando de un proceso de acompañamiento y discernimiento que “oriente a estos fieles a la toma de conciencia de su situación ante Dios”. Sin embargo, el Papa Francisco también nos recuerda que “este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad del Evangelio propuesto por la Iglesia”(AL, 300).

El Papa Francisco menciona dos posiciones erróneas. Una es la del rigor excesivo: “un pastor no puede sentirse satisfecho sólo aplicando leyes morales a quienes viven en situaciones “irregulares”, como si fueran piedras que se lanzan sobre la vida de las personas. Es el caso de los corazones cerrados, que suelen esconderse aun detrás de las enseñanzas de la Iglesia”(AL 305). Por otra parte, la iglesia no debe ciertamente nunca “renunciar a proponer el ideal pleno del matrimonio, el proyecto de Dios en toda su grandeza” (AL 307).

Naturalmente, esto plantea la pregunta: ¿Qué nos dice el Papa en relación al acceso de personas que viven en “situaciones irregulares” a los sacramentos? El Papa Benedicto XVI ya había mencionado que no existen “recetas sencillas” (AL 298, cita 333). El Papa Francisco reitera la necesidad de discernir cuidadosamente la situación, en consonancia con la Familiaris consortio de San Juan Pablo II (84) (AL 298). “El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites. Por creer que todo es blanco o negro a veces cerramos el camino de la gracia y del crecimiento, y desalentamos caminos de santificación que dan gloria a Dios”(AL 305). Él también nos recuerda una frase importante en Evangelii gaudium, 44: “un pequeño paso, en medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes dificultades” (AL 305). En el sentido de este “via caritatis” (AL 306), el Papa afirma, de una manera humilde y sencilla, en una nota (351) que también puede darse la ayuda de los sacramentos “en ciertos casos”. Pero para este propósito él no nos ofrece casos de estudio o recetas, sino simplemente nos recuerda dos de sus famosas frases: ” Por eso, «a los sacerdotes les recuerdo que el confesionario no debe ser una sala de torturas sino el lugar de la misericordia del Señor” (EG, 44) y la Eucaristía “no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles” (EG, 47).

¿Es un reto excesivo para pastores, guías espirituales y comunidades si el “discernimiento de las situaciones” no está regulado más adecuadamente? El Papa Francisco reconoce esta preocupación: ” Comprendo a quienes prefieren una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna”(AL 308). Sin embargo, él desafía a esto, destacando que ” Ponemos tantas condiciones a la misericordia que la vaciamos de sentido concreto y de significación real, y esa es la peor manera de licuar el Evangelio”(AL 311)

El Papa Francisco confía en la “alegría del amor”. El amor es capaz de encontrar el camino. Es la brújula que nos muestra el camino. Es la meta y el camino, porque Dios es amor y el amor es de Dios. Nada es más exigente que el amor. No se pueden obtener barato. Por lo tanto, nadie debe tener miedo que Papa Francisco nos invita, con Amoris Laetitia, tomar un camino demasiado fácil. El camino no es fácil, pero está lleno de alegría!

Para quienes deseen leer el texto completo del documento del Papa, éste se encuentra disponible en www.cathdal.org/alegriadelamor. Los invito a hacerlo. El Cardenal Schönborn nos dice, “es necesario decir que los documentos de la Iglesia muchas veces no pertenecen a uno de los géneros literarios más accesibles. Amoris Laetitia es legible, y quienes no son disuadidos por su longitud encontrarán gozo en su concreción y realismo. El Papa Francisco habla de las familias con una claridad que no es fácil encontrar en los documentos magisteriales de la Iglesia”.

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La Alegría del Amor (Amoris Laetitia)

abril 8, 2016 By Bishop Kevin J. Farrell

La Alegría del Amor, (Amoris Latetia)

La Alegría del Amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia. Como han indicado los Padres Sinodales, a pesar de las numerosas señales de crisis del matrimonio, ‘el deseo de familia permanece vivo, especialmente entre los jóvenes, y esto motiva a la Iglesia’. Como respuesta a este anhelo ‘el anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia (Amoris Laetetia, 1).

Así comienza La Alegría del Amor, (Amoris Laetetia), la tan esperada Exhortación Apostólica del Papa Francisco acerca de la familia publicada el viernes por la mañana, haciendo un llamado hacia un nuevo enfoque pastoral a la cada vez más compleja realidad de las familias en el mundo actual, que no se centra en la denominada “familia nuclear”, sino en la familia como un sistema más amplio de múltiples relaciones. Como resultado, en la exhortación el Santo Padre ve “la realidad de la familia hoy en toda su complejidad, en sus luces y sombras” (AL, 32). Entre los destinatarios se encuentran familias de padres solteros, matrimonios irregulares, familias de abuelos y otras familias lastimadas.

Este es un documento muy importante y extenso y preveo que escribiré numerosos blogs acerca de él. Sin embargo, les presento algunos puntos sobresalientes de esta exhortación tan pastoral.

Aunque reconoce que el matrimonio Cristiano, se realiza plenamente en la unión entre un hombre y una mujer como un reflejo de la unión entre Cristo y su Iglesia (AL, 292), el Santo Padre señala que “no hay que arrojar sobre dos personas limitadas el tremendo peso de tener que reproducir de manera perfecta la unión que existe entre Cristo y su Iglesia, porque el matrimonio como signo implica “un proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva integración de los dones de Dios” (AL, 122).

Es el amor de Jesús, explica el Papa, el que trae alegría a las familias. “La presencia del Señor habita en las familias real y concreta, con todos sus sufrimientos, luchas, alegrías e intentos cotidianos. Cuando se vive en una familia, allí es difícil fingir y mentir, no podemos mostrar una máscara. Si el amor anima esa autenticidad, el Señor goza allí con su gozo y su paz. La espiritualidad del amor familiar está hecha de miles de gestos reales y concretos. En esa variedad de dones y de encuentros que maduran la comunión, Dios tiene su morada. Esa entrega asocia ‘a la vez lo humano y lo divino’, porque está lleno de amor de Dios. En definitiva, la espiritualidad matrimonial del vínculo habitado por el amor divino” (AL, 315).

Debido a que se trata de un documento pastoral, el Papa no propone o anticipa cambios en la doctrina tradicional de la Iglesia, sin embargo señala que “Frente a situaciones difíciles y familias heridas, siempre es necesario recordar un principio general: ‘los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones’ (Familiaris Consortio, 84). El grado de responsabilidad no es igual en todos los casos, y puede haber factores que limitan la capacidad de decisión. Por lo tanto, al mismo tiempo que la doctrina se expresa con claridad, hay que habitar los juicios que no toman en cuenta la complejidad de las diversas situaciones, y hay que estar atentos al modo en que las personas viven y sufren a causa de su condición”(AL, 79).

“Hacia los fieles que simplemente conviven,” continua el documento, “quienes contraen matrimonio solo civil o los divorciados vueltos a casar. Con el enfoque de la pedagogía divina, la Iglesia mira con amor a quienes participan en su vida de modo imperfecto: pide para ellos la gracia de la conversión; les infunde valor para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y para estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan. Cuando la unión alcanza una estabilidad notable mediante un vínculo público – y está connotada de afecto profundo, de responsabilidad para la prole, de capacidad de superar las pruebas – puede ser vista como una oportunidad para acompañar hacia el sacramento del matrimonio, allí donde sea posible”(AL, 78).

Por último, El Santo Padre explica, “Dos lógicas recorren toda la historia de la Iglesia: marginar y reintegrar…El camino de la Iglesia desde su concilio de Jerusalén en adelante, es siempre el camino de Jesús, el de la misericordia y de la integración… El camino de la iglesia es el de no es condenar a nadie para siempre y difundir la misericordia de Dios a todas las personas que la piden con un corazón sincero” (AL, 296).

Tenemos mucho más que decir acerca de Amoris Laetitia. Usted puede leer el documento completo visitando www.cathdal.org/alegriadelamor donde también encontrará un breve resumen y preguntas y respuestas que usted posiblemente tenga, una historia de los Sínodos sobre la Familia y muchos otros recursos. Le pido que recuerde en sus oraciones a todas las familias independientemente de sus circunstancias y a todos los ministros a cargo de ellas.

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Este es un tiempo de misericordia

febrero 21, 2016 By Bishop Kevin J. Farrell

Este es un tiempo de misericordia

En la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano Segundo, el Papa Juan XXIII expresó, “la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad” (Gaudet Mater Ecclesia).

Creo que este es un tiempo de misericordia. La Iglesia muestra su lado maternal, su rostro maternal, a una humanidad herida. Ella no espera a que los heridos toquen a su puerta, sino que los busca en las calles, los reúne, los abraza, los cuida, los hace sentir amados.

“La misericordia existe”, señala el Papa, “pero si no quieres recibirla… si no te reconoces pecador, significa que no quieres recibirla, significa que no sientes la necesidad de ella… El primero y único paso necesario para experimentar la misericordia”, añadió, “es reconocer que estamos necesitados de misericordia, Jesús viene a nosotros, cuando reconocemos que somos pecadores”.

A quienes tienen la costumbre de juzgar personas, quienes están seguros de su propia rectitud, quienes están acostumbrados a considerarse justos, buenos y en lo correcto, no sienten la necesidad de sentirse aceptados y perdonados. Y también hay quienes si sienten la necesidad, pero creen que no tienen remedio porque han hecho tantas cosas malas.

“Hace más de medio siglo”, recuerda el Papa Francisco, “el Papa Pius XII dijo que la tragedia de nuestra época era que había perdido su sentido del pecado, la conciencia de pecado. En la actualidad, agregamos a la tragedia considerando que nuestra enfermedad, nuestros pecados, son incurables, que son cosas que no puede ser sanadas o perdonadas”.

Tal vez, continuó, “nos falta la experiencia concreta de la misericordia. La fragilidad de nuestra época es también que no creemos que exista una posibilidad de redención; que haya quien te de la mano; de un abrazo que te salve, que te perdone, que te levante, que te inunde con amor infinito, paciente, indulgente; que te ayude a ponerte de pie. Necesitamos misericordia”.

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El Nombre de Dios es Misericordia

febrero 14, 2016 By Bishop Kevin J. Farrell

El Nombre de Dios es Misericordia

En el nuevo libro del Papa Francisco, su primer libro desde su elección a la Silla de Pedro, el Papa explica por qué la misericordia se ha convertido en el sello de su papado y cómo es que se ha convertido en el título de su libro, El Nombre de Dios es Misericordia.

Recordando las palabras del Papa Benedicto, “Misericordia” señala el Papa Francisco, “es en realidad el núcleo del mensaje del Evangelio; es el nombre de Dios, el rostro con el que se reveló en el Antiguo Testamento y plenamente en Jesús Cristo, [la] encarnación del Amor Creativo y Redentor. Este amor de misericordia también ilumina el rostro de la Iglesia, y se manifiesta a través de los sacramentos, en particular en el de la Reconciliación, así como en obras de caridad, tanto comunitarias como individuales. Todo lo que la iglesia dice y hace muestra que Dios siente misericordia por el hombre”.

Como discípulos, individualmente como Cristianos y como Iglesia, somos instrumentos de la misericordia de Dios en el mundo actual. Estamos llamados, “a ser instrumentos de misericordia porque fuimos nosotros quienes primero recibimos la misericordia de Dios. Ser generoso con los demás, sabiendo que Dios nos colma de bondad con su inmensa generosidad”.

Esto es especialmente cierto en el Sacramento de la Reconciliación, donde, “los apóstoles y todos sus sucesores—los obispos y sus colaboradores los sacerdotes—se convierten en instrumentos de la misericordia de Dios”. Actúan in persona Christi, en la persona de Cristo, para ser mediadores en el perdón de Dios. “¡El Señor no se cansa de perdonar: nunca! Somos nosotros os que nos cansamos de pedirle perdón. Necesitamos pedir la gracia que no se cansa de pedir perdón porque él nunca se cansa de perdonar”.

El Santo Padre cuenta que en cierta ocasión le dijo un sacerdote, “Perdono mucho y a veces tengo dudas. Me pregunto, ¿he perdonado demasiado? –Hablamos acerca de la misericordia y le pregunté lo que hizo cuando tenía esas dudas”. Esto es lo que le respondió: “voy a la capilla y frente al tabernáculo le digo a Jesús: ‘Señor, perdóname si he perdonado demasiado. ¡Pero tú me pusiste el mal ejemplo!’ ”

Cuando Pedro preguntó cuántas veces debía perdonar a alguien, Jesús dijo, no siete veces sino setenta veces siete (Mt 18,22), en otras palabras, siempre.

El libro del Santo Padre será una maravillosa lectura de Cuaresma (y para siempre). Ya se encuentra disponible en librerías y en línea en formatos libro y eBook.

Les estaré escribiendo más acerca de él durante la temporada de Cuaresma.

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El Papa Francisco y África

noviembre 30, 2015 By Bishop Kevin J. Farrell

El Papa Francisco y África

El Papa Francisco llegó como peregrino al lugar que Jesús habría llegado como refugiado. José y María huyeron a África a buscar refugio debido a la masacre de niños que realizó Herodes en Belén (Mt 2,13-17). El Papa Francisco llegó “como un peregrino de la paz y un apóstol de la esperanza”.

Rompiendo precedentes, como es ya su costumbre, el Santo Padre llevó su mensaje de misericordia, paz y hermandad a una trilogía de Repúblicas Africanas que buscan hacer de la paz una realidad más que un sueño lejano. Los tres países, Kenia, Uganda y la República Centroafricana tienen poblaciones Católicas numerosas, vibrantes y crecientes que forman parte de la “nueva Cristiandad” naciente en el continente.

En cierto sentido, la visita del Papa es una parábola moderna que manifiesta el llamado del discípulo no sólo a dar la bienvenida a los pobres, los marginados y los indigentes, sino a salir en su busca como un instrumento de la misericordia de Dios.

Como símbolo de su misión de misericordia, el Papa Francisco abrió las Puertas Santas de la catedral en Bengui, capital de la República Centroafricana afectada por la guerra, ocho días antes del inicio oficial del Año Jubilar de la Misericordia, proclamando, “El Jubileo Extraordinario de la Misericordia llega anticipadamente a esta tierra, una tierra que ha sufrido durante muchos años”. Esta fue la primera vez que un papa ha abierto Puertas Santas fuera de Roma.

Grandes multitudes de personas llenas de regocijo salieron a las calles y llenaron las catedrales y los estadios donde el Pontífice celebró Misas públicas, siempre marcadas por una fuerte presencia militar. Él visitó mezquitas y se reunió con líderes ecuménicos recordándoles a todos que “una característica esencial de ser Cristiano es amar a los enemigos, lo cual nos protege de la tentación de buscar venganza y de la espiral de represalias sin fin”.

En su último día se reunió con los “tres santos de Bengui”, el Reverendo Nicolas Guerekoyame-Gbangou, Presidente de la Alianza Evangélica; el Imam Oumar Kobine Layama, Presidente del Consejo Islámico y el Arzobispo Diedonné Nzapalainga de Bangui, Presidente de la Conferencia Católica de Obispos; quienes han guiado la lucha para traer paz, hermandad y estabilidad a la República Centroafricana.

El Papa peregrino ha venido y se ha ido. Los tres santos se quedan. Oremos para que tengan éxito.

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El Papa Francisco habla a las familias en Filadelfia

octubre 17, 2015 By Bishop Kevin J. Farrell

El Papa Francisco habla a las familias en Filadelfia

Dios esparce las semillas de Su presencia en todo el mundo a través de las familias, el Papa Francisco habló a cientos de miles de familias Católicas que se congregaron en el Benjamin Franklin Parkway en Filadelfia durante su última noche en los Estados Unidos antes de regresar al Vaticano.

Esas semillas son “gestos de madre, de abuela, de padre, de abuelo, de hijo, de hermanos”, explicó el Santo Padre. “Son gestos de ternura, de cariño, de compasión. Son gestos del plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano del que sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar. Es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo. El amor se manifiesta en las pequeñas cosas, en la atención mínima a lo cotidiano que hace que la vida siempre tenga sabor a hogar. La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor”.

Refiriéndose a ellas como “pequeños milagros”, dijo que debemos fomentarlas y esparcirlas como semillas del amor de Dios. Estos pequeños gestos, expresó el Papa, “Son gestos mínimos que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de lo cotidiano pero que hacen que cada día sea diferente. Por eso, nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas Iglesias domésticas. Es el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida crece en la fe”.

La familia no está sola. Cada uno es una parte de la gran familia humana que comparte nuestra casa común en este planeta. “Nosotros podríamos preguntarnos”, indicó el Papa Francisco, “¿Qué tipo de mundo queremos dejarle a nuestros hijos?” (cf. Laudato Si’, 160) “Pregunta que no podemos responder sólo nosotros. Es el Espíritu que nos invita y desafía a responderla con la gran familia humana. Nuestra casa común no tolera más divisiones estériles… Que nuestros hijos encuentren en nosotros hombres y mujeres capaces de unirse a los demás para hacer germinar todo lo bueno que el Padre sembró”.

“Nuestro Padre no se deja ganar en generosidad”, nos asegura el Santo Padre, El “sigue sembrando”. El siembra las semillas de su presencia en nuestro mundo, porque “el amor no consiste en que nosotros hayamos amado primero a Dios, sino en que Él nos amó primero” (1Jn 4,10). “Ese amor nos da una certeza profunda: somos buscados por Él, somos esperados por Él”.

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Domingo en el Parque Klyde Warren con el Papa Francisco

octubre 15, 2015 By Bishop Kevin J. Farrell

Domingo en el Parque Klyde Warren con el Papa Francisco

Compartir con ustedes lo que considero el mensaje principal de las numerosas charlas y homilías del Papa Francisco durante su visita a nuestro país ha sido muy importante. Sin embargo, quiero retomar brevemente el evento que se llevó a cabo en Klyde Warren Park el domingo, 27 de septiembre, cuando más de 3,500 personas se dieron cita aquí en Dallas para compartir la celebración de la Misa de clausura del Santo Padre en el Benjamin Franklin Parkway en Filadelfia.

Aunque tuve el privilegio de estar presente en parte de la visita del Papa, mi regreso anticipado me permitió ser parte de nuestra maravillosa celebración en Dallas. Lo que hizo que la tarde fuera tan especial es que fue nuestra propia celebración de fe. Tenía todos los elementos de un día de campo familiar; niños jugando, familias dispersas en edredones y sillas, y hasta un par de tiendas de campaña. Los paraguas de colores brillantes y la música alegre antes de la Misa crearon un ambiente muy festivo.

Sin embargo, una vez que la Misa papal dio inicio en la pantalla gigante, un respetuoso silencio se apoderó de la multitud. Muchas personas respondieron a las oraciones de la Misa y se arrodillaron durante la consagración. El sonido era excelente y los colores en la pantalla, claros y brillantes. Me fijé muy especialmente que cuando la Misa y la ceremonia de clausura concluyeron, nadie tenía prisa por irse. La gente parecía querer quedarse y saborear el momento.

Estamos muy agradecidos con el Padre Rudy García, Rector de la Catedral, patrocinadora del evento; La Fundación Católica; el Sr. Raul Estrada y todos aquellos cuyo esfuerzo y generosidad hicieron este evento posible. Estoy seguro que muchos de ustedes, al igual que yo, atesorarán el recuerdo de aquella tarde de septiembre en el parque con el Papa Francisco.

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El Papa Francisco en Independence Hall: Libertad Religiosa

octubre 14, 2015 By Bishop Kevin J. Farrell

El Papa Francisco en Independence Hall: Libertad Religiosa

Al dar su discurso en el lado norte del Independence Hall en Filadelfia, el Papa Francisco estaba parado a la sombra de una estatua de George Washington. Fue en ese mismo lugar donde Abraham Lincoln, en camino a Washington para su inauguración en 1861, pronunció un discurso. Si la ceremonia hubiera sido en el lado sur del edificio, el Papa habría estado parado a la sombra de una estatua del Comodoro John Barry, héroe Católico de la Guerra de Independencia y Padre de la Armada estadounidense.

Conociendo la importancia histórica del lugar, el Santo Padre señaló, “Uno de los momentos más destacados de mi visita es estar aquí, en el Independence Mall, el lugar de nacimiento de los Estados Unidos de América. Aquí fueron proclamadas por primera vez las libertades que definen este País. La Declaración de Independencia proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos. Esas palabras siguen resonando e inspirándonos hoy, como lo han hecho con personas de todo el mundo, para luchar por la libertad de vivir de acuerdo con su dignidad”.

Recordando una serie de eventos que ayudaron a cumplir la promesa de la Declaración de Independencia, el Papa Francisco mencionó la abolición de la esclavitud, la extensión del derecho al voto, el movimiento por los derechos civiles y la lucha por alcanzar una plena igualdad para todos los ciudadanos. Señalando que estos eventos muestran “que cuando un país está determinado a permanecer fiel a sus principios fundacionales, basados en el respeto a la dignidad humana, se fortalece y se renueva”.

Curiosamente, el Santo Padre estaba parado solamente a unas cuadras de un santuario a la libertad religiosa, cuando indicó, “En este lugar, que es un símbolo del modelo de los Estados Unidos, me gustaría reflexionar con ustedes sobre el derecho a la libertad religiosa. Es un derecho fundamental que da forma a nuestro modo de interactuar social y personalmente con nuestros vecinos, que tienen creencias religiosas distintas a la nuestra”.

A mediados del siglo XVIII, la vieja Iglesia Saint Joseph en Filadelfia fue el único lugar en el mundo de habla inglesa donde podía celebrase legalmente la Misa Católica gracias a una exoneración a las Leyes Penal Anticatólicas inglesas concedida por el Rey de Inglaterra a la colonia de William Penn.

En este contexto, el Papa señaló: “la libertad religiosa, por su naturaleza, trasciende los lugares de culto y la esfera privada de los individuos y las familias… Nuestras distintas tradiciones religiosas sirven a la sociedad sobre todo por el mensaje que proclaman. Ellas llaman a los individuos y a las comunidades a adorar a Dios, fuente de la vida, de la libertad y de la felicidad”.

La religión del cuáquero William Penn fue el motivo por el que él luchó y por la cual ganó la verdadera libertad religiosa para su colonia. El Papa recordó que “Los cuáqueros que fundaron Filadelfia estaban inspirados por un profundo sentido evangélico de la dignidad de cada individuo y por el ideal de una comunidad unida por el amor fraterno. Esta convicción los llevó a fundar una colonia que fuera un refugio para la libertad religiosa y la tolerancia. El sentido de preocupación fraterna por la dignidad de todos, especialmente de los más débiles y vulnerables, se convirtió en una parte esencial del espíritu norteamericano”.

Para concluir, observando el gran número de hispanos presentes, el Papa Francisco expresó: “¡los saludo con mucho afecto! Muchos de ustedes han emigrado a este País a un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar. Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a esta nación. Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones.

 

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El Obispo Kevin Farrell fue nombrado Séptimo Obispo de la Diócesis de Dallas el 6 de Marzo de 2007 por el Papa Benedicto XVI.
   
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