A su llegada a la Casa Blanca con la habitual pompa y ceremonia pero sin un saludo con 21 armas, el Papa Francisco fue recibido por el Presidente Barack Obama a nombre del pueblo estadounidense el miércoles, 23 de septiembre de 2015. Enseguida, comentando acerca de la tan poco usual multitud en el jardín del lado sur de la Casa Blanca, el Presidente bromeó diciendo, “Debo explicar que nuestro patio trasero normalmente no está tan concurrido. Sin embargo, el tamaño y espíritu de la reunión de hoy es sólo un pequeño reflejo de la profunda devoción de unos 70 millones de Católicos estadounidenses. Refleja, también, la forma en que su mensaje de amor y esperanza ha inspirado a muchas personas en nuestra nación y alrededor del mundo”.
Enseguida el Presidente observó, “El día de hoy conmemoramos muchas primicias. Su Santidad, usted ha sido celebrado como el primer Papa de las Américas. Esta es su primera visita a los Estados Unidos. Y es también el primer Pontífice en compartir una encíclica a través de una cuenta de Twitter”.
En respuesta, el Santo Padre expresó su gratitud por el recibimiento del Presidente Obama, y refiriéndose a otra primicia, su discurso planeado para una sesión conjunta del Congreso, el Papa expresó, “como un hermano de este País, [espero] ofrecerles palabras de aliento a los encargados de dirigir el futuro político de la nación en fidelidad a sus principios fundacionales”. Continuando, expresó: “Como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por dichas familias. En estos días de encuentro y de diálogo, me gustaría escuchar y compartir muchas de las esperanzas y sueños del pueblo norteamericano”.
Asegurando al Presidente que, “los Católicos estadounidenses, junto con sus conciudadanos, están comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente tolerante e incluyente, en la que se salvaguarden los derechos de las personas y las comunidades, y se rechace toda forma de discriminación injusta”, el Papa continuó añadiendo una nota política, “Como a muchas otras personas de buena voluntad, les preocupa también que los esfuerzos por construir una sociedad justa y sabiamente ordenada respeten sus más profundas inquietudes y su derecho a la libertad religiosa… Y, como han recordado mis hermanos Obispos de los Estados Unidos, todos estamos llamados a estar vigilantes, como buenos ciudadanos, para preservar y defender esa libertad de todo lo que pudiera ponerla en peligro o comprometerla”.
El Papa Francisco tuvo unas palabras de elogio para el Presidente en referencia a sus esfuerzos en favor del cambio climático, “Señor Presidente, me complace que usted haya propuesto una iniciativa para reducir la contaminación atmosférica. Reconociendo la urgencia, también a mí me parece evidente que el cambio climático es un problema que no se puede dejar a la próxima generación… Nuestra casa común ha formado parte de este grupo de excluidos, que clama al cielo y afecta fuertemente a nuestros hogares, nuestras ciudades y nuestras sociedades”.
La recepción concluyó con una marcha de la Vieja Guardia Fife y la Banda de Tambores del ejército seguido de un desfile de unidades de todos los servicios militares.
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