La Oración por la Paz de San Francisco comienza con una súplica a Dios en la que le pedimos nos haga sus instrumentos. Un instrumento es algo utilizado para lograr un propósito mayor de lo que es intrínsecamente posible por sí mismo. La flauta es un dispositivo que debe utilizarse como instrumento, como cuando es utilizada por James Galway para producir música mágica. María se convirtió en el instrumento utilizado por Dios para llevar a cabo la Encarnación.
Al rezar la Oración por la Paz le pedimos a Dios que nos cambie, que “nos haga” lo que implica que le estamos pidiendo ser cambiados, avanzar en una nueva dirección; experimentar lo que la Iglesia primitiva llamó metanoia, una palabra griega que significa cambiar de idea. Nuestros antepasados Cristianos la utilizaron para referirse a la conversión.
La conversión es siempre obra del Espíritu Santo, aun la gracia, el llamado a considerar la idea, nos llega del Espíritu. Cuando le pedimos a Jesús que nos cambie en su instrumento, ¿qué le estamos pidiendo? La respuesta nos la da un himno escrito en 1926 por David Iverson titulado Espíritu del Dios Trino, cuya letra describe lo que pedimos al querer convertirnos en instrumentos de Jesús.
Espíritu del Dios Trino,
ven sobre mí
quebrántame, consúmeme, transfórmame, y lléname.
Espíritu del Dios trino,
ven sobre mí.
Si pudiera tomar prestada una frase del Programa de 12 Pasos, sería “deja que Dios actúe.” La conversión está al centro de la Fe Cristiana. El Miércoles de Ceniza se nos pidió “convertirnos y creer en la Buena Noticia” (Mc 1,15).
El Espíritu Santo nos llama con múltiples voces. Una de esas voces la escuchamos últimamente de labios de nuestro Santo Padre Papa Francisco, quien en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium escribió, “la nueva evangelización anima a todo bautizado a ser instrumento de pacificación y testimonio creíble de una vida reconciliada” (EG. 239).
¿Qué hábito, qué opinión contraria al Evangelio, qué perdón retenido debemos traer al caldero de la conversión esta Cuaresma para permitirnos ser quebrantados, consumidos, transformados, y llenos? ¿Qué debemos cambiar para convertirnos en instrumentos de la paz de Dios?
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Crédito Fotográfico: “IU Violin Shop” de Austin Davis en Flickr
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