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Las Antífonas O: Oh Rey de las Naciones – O Rex Gentium

diciembre 17, 2014 By Bishop Kevin J. Farrell

O Rex Gentium

En nuestra reflexión de las Antífonas O se nos recuerda una vez más el deseo de Israel de un rey ideal en la Antífona O Rex Gentium:

Oh Rey de las naciones y deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo: ven y salva al hombre, que formaste del barro de la tierra.

La experiencia de Israel con los reyes no fue buena.  Todo comenzó con su deseo de tener un rey, al igual que otras naciones (1 Samuel 8:6). Dios les dio un rey (Saúl) y una  advertencia sobre el abuso del poderío real.  Saúl fue un desastre y su sucesor, David, se portó bien hasta que vió a Betsabé.  Su hijo Salomón fue sabio, pero su sabiduría no lo previno de elegir esposas paganas.  Después de Salomón, en medio de una monarquía a punto de derrumbarse, el Señor prometió la salvación bajo un nuevo Rey Davídico por boca del profeta Isaías.

Porque  un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: “Consejero admirable, Dios fuerte, Padre que no muere, príncipe de la Paz.”  El imperio crece con él y la prosperidad no tiene límites, para el trono de David y para su reino: El lo establece y lo afianza por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre (Is 9:5-6).

Jeremías anunció que este monarca Davídico no sólo gobernaría a Israel sino al mundo entero: ¡No hay como tú, Señor; tú eres grande y tu nombre es poderoso! ¿Quién no te temerá, rey de las naciones? Si, a ti se te debe temer, porque entre todos los sabios de las naciones y entre todos los reinos no hay nadie como tú (Jer 9:6-7).

Pero el ansia de Israel de un rey ideal no sería satisfecha por un rey guerrero poderoso que utilizaría su poder para eliminar a sus enemigos, sino por el Príncipe de la Paz cuyo reinado traería paz, justicia y reconciliación.

Pero ahora, en Cristo Jesús y por su sangre ustedes que estaban lejos han venido a estar cerca.  El es nuestra paz.  El ha venido a destruir el mundo de separación, el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo (Ef 2:13-14).

La larga espera de Israel está por terminar.

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El Obispo Kevin Farrell fue nombrado Séptimo Obispo de la Diócesis de Dallas el 6 de Marzo de 2007 por el Papa Benedicto XVI.
   
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