“Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra; yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida.”
Deuteronomio 30:19
Podemos identificar a los discípulos de Jesús por sus decisiones. Moisés se encontraba sobre el Monte Nebo cuando desafió a los Israelitas a elegir entre la vida o la muerte. El resto de las Escrituras Hebreas nos narran su elección. Como Católicos, como Cristianos debemos tomar la misma elección. Debemos elegir a Jesús, optar seguirlo, convertirnos en sus discípulos comprometidos en seguir y difundir sus enseñanzas…como nos dice San Pablo, convertirnos en otros Cristos (Gálatas. 2:20).
Cristo tiene muchos admiradores, pero muy pocos discípulos. A los admiradores les resulta difícil dar el paso al discipulado que a menudo se piensa es poco realista para quienes viven “en el mundo real.” Por supuesto que es precisamente ahí donde deben vivir los discípulos de Jesús. Con excepción de unos cuantos, el discipulado no significa ascetismo. Hay quienes son llamados a la vida eremítica o a ser misioneros, pero la mayor parte de nosotros, tanto clérigos como laicos, estamos llamados a dar testimonio de Jesús a nuestras familias, nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo y nuestros amigos.
Es ahí donde entran las opciones. El Movimiento Familiar Cristiano ha popularizado la mantra de Joseph Leo Cardijn de Ver, Juzgar, Actuar, adaptado de la reflexión de la Santo Tomas Aquino en referencia a la prudencia, la cual me parece una buena guía al momento de tomar decisiones Cristianas. Ver significa observar, reflexionar y consultar sobre los elementos de nuestra sociedad. Significa rechazar los rumores o denuncias de los medios de comunicación o voces radicales y buscar una visión objetiva para tratar de ver con los ojos de Cristo.
Al Juzgar volvemos a consultar, buscamos determinar cómo los valores del Evangelio y la Sagrada Tradición (no las costumbres u opiniones populares) conciernen a la situación o incidente para formar una opinión Cristiana considerando las circunstancias.
Finalmente y lo más importante, debemos tomar una acción apropiada basada en un juicio informado. Esto no es un proceso difícil. La mayoría de nosotros lo hace automáticamente varias veces al día en situaciones cotidianas. Lo importante es incluir los valores del Evangelio y considerar el resultado al buscar un juicio adecuado.
Felicito a los numerosos discípulos que se esfuerzan por elaborar juicios adecuados y les pido que se me unan en oración para que más admiradores de Jesús elijan la vida y se conviertan en Sus discípulos.
Crédito de la Imagen: Wikimedia Commons (http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Face_of_Jesus_in_art#mediaviewer/File:ChristandThorns.jpg)
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