Hay algo que nos asusta del Otro. Puede ser que los ojos del Otro sean diferentes, que su pelo sea diferente, que su piel sea diferente o que este Otro no hable como Nosotros. Por supuesto que Nosotros somos completamente normales y el Otro, siendo diferente a Nosotros, no es normal…y eso Nos asusta. Nos sentimos más cómodos estando con los que son como Nosotros. Ya lo dice el viejo y conocido refrán: “Cada oveja con su pareja.”
En los Estados Unidos siempre ha existido temor hacia el Otro. Al principio, el Otro tenía una religión diferente o hablaba un idioma diferente. Tiempo después, el color de la piel del Otro era diferente. Tratamos de prohibir la entrada al Otro creando leyes. Después de todo, teníamos que proteger nuestro modo de ser. Así que hicimos que fuera contra la ley ser el Otro, de esa manera podríamos mantener al Otro alejado por criminal y no por ser diferente.
La ironía en todo esto es que algunos Otros que se volvieron como Nosotros, se olvidaron que alguna vez ellos mismos habían sido Otros e incluso trabajaron mucho más intensamente que el resto de Nosotros para impedir que Otros hagan lo que ellos mismos hicieron. Sin embargo, no expresan su temor hacia el Otro, solo dicen que están protegiendo la frontera y que están protegiendo la ley y el orden.
A veces pienso que lo que en realidad les inquieta es que si hubiese muchos Otros, ellos se convertirán en Nosotros y nosotros pasaríamos a ser los Otros.
Crédito de la Imagen: Niccolò Caranti en Flickr
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