El Papa Francisco nos advirtió recientemente que debemos cuidarnos de realizar rituales vacíos, los cuales en ocasiones efectuamos sin comprender su significado. En otras palabras, sabemos lo que estamos haciendo pero no tenemos la menor idea de lo que significa.
Teniendo esto en mente, consideremos el motivo por el cual celebramos los eventos de la Semana Santa.
Se ha dicho que en Pentecostés celebramos el nacimiento de la Iglesia, pero desde mi punto de vista resulta más correcto decir que la Iglesia nace durante el Triduo Sagrado de la Semana Santa y que fue proclamada por primera vez en Pentecostés.
Jueves Santo (Vigilia del Viernes Santo) Misa de la Cena del Señor
- El Jueves Santo celebramos el don de la Sagrada Eucaristía, el centro y la cumbre de los Sacramentos y la Sagrada Liturgia y que re-presenta el Misterio Pascual.
- Al instituir la Eucaristía, Jesús también instituyó el sacerdocio sacramental indicando a sus Apóstoles, “hagan esto en memoria mía” (Lc 22:19). También celebramos el sacerdocio en la Misa Crismal, durante la cual se renuevan los votos sacerdotales.
- Cuando Jesús, tomando el papel de un esclavo, comenzó a lavar los pies de los Apóstoles con la instrucción, “Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Jn 13:15), Él instituyó una iglesia pobre para los pobres.
- Después de que Jesús y sus Apóstoles cenaron, el los guio a lo largo del valle hacia el Monte de los Olivos hasta un jardín en el cual se dispuso a rezar. Allí se puso en las manos del Padre… “si es posible, que pase lejos de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Mt 26: 39)
Viernes de la Pasión del Señor – Viernes Santo
- El Viernes Santo celebramos que Jesús se entregó libremente a los sufrimientos de la pasión y la crucifixión, desde su traición hasta su muerte.
- El sufrimiento y la muerte de Jesús no por él, sino para que nosotros fuéramos reconciliados con el Padre a través de su respuesta perfecta al amor del Padre…la obediencia. “Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso que no sólo nos enviaste como redentor a tu propio Hijo, sino que en todo lo quisiste semejante al hombre, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que amabas en él. Con su obediencia has restaurado aquellos dones que por nuestra desobediencia habíamos perdido” (Misal Romano, Prefacio VII del Tiempo Ordinario).
- En las palabras del Profeta Isaías que escuchamos el Viernes Santo, “Pero Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre Él y por sus heridas fuimos sanados” (Is 53:5 – El Siervo Sufriente).
Sábado Santo y la Vigilia Pascual
- Un altar estéril y un tabernáculo vacío nos recuerdan que Jesús se encuentra en la tumba esperando el momento de su resurrección.
- El Pregón Pascual, también llamado Exultet, afirma gloriosamente que, “Esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo…. Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos.
- El Bautismo siempre se celebra durante la Vigilia Pascual, como nos dice San Pablo, “Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que así como Cristo resucitó por la gloria del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.” (Rom 6:4). Así que no solo los catecúmenos son bautizados, sino que nosotros también renovamos nuestros votos bautismales que nos recuerdan que nosotros también somos partícipes de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Y así nace la iglesia durante el Triduo Sagrado pero su proclamación espera el día de Pentecostés y el poder del Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo.
Imagen: Giovanni Stefano Danedi – Kristus umiva noge apostolom (Wikimedia Commons)
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