En un evento verdaderamente único y sin precedentes de la Iglesia Católica, el 27 de Abril el Papa Francisco canonizará a dos de sus predecesores, los Beatos Papa Juan XXIII y Papa Juan Pablo II. Todavía hay muchas personas cuyas vidas fueron tocadas de una manera muy especial por ambos Papas, pero que más allá de eso tuvieron la fortuna de experimentar el papado del Beato Papa Juan Pablo II, el segundo más largo en la historia, que duró desde 1978 hasta 2005. El número de personas que tuvieron la oportunidad de experimentar el papado del Beato Papa Juan XXIII es menor. Éste duró de 1958 a 1963.
Ambos hombres abrieron las ventanas de la Iglesia de diferentes maneras y acabaron con el aislamiento auto-impuesto tras la Reforma y el Concilio de Trento. Las peregrinaciones del Beato Papa Juan Pablo II a 129 países, sin duda, hizo eco a la famosa declaración del Beato Papa Juan quien expresó, «Quiero abrir las ventanas de la Iglesia para que podamos ver hacia fuera y los fieles puedan ver hacia el interior.» El Beato Papa Juan Pablo viajó cerca de un millón de millas llevando la Iglesia a la gente en las plazas. El Beato Papa Juan propuso un concilio para que analizara y respondiera a los “signos de los tiempos” de manera que la Iglesia se involucrara con el mundo en lugar de retirarse de él.
Cada uno de los dos hombres trajo experiencias muy diferentes al antecedente curial de la mayoría de los Papas: el ministerio del Beato Papa Juan Pablo como obispo y sacerdote de un país comunista y los veinte años del Beato Papa Juan como delegado apostólico en países con minorías Católicas minúsculas. En ambos casos, la experiencia marcó su papado. El papel de Juan Pablo en la caída del comunismo en Polonia y Europa del este y el apoyo del Beato Papa Juan a otros cristianos y no-Cristianos cambió la percepción del papado en el mundo.
Además de sus peregrinaciones, el Beato Juan Pablo será especialmente recordado por su trato con el problema bioético, su apoyo a la justicia social, su liderazgo moral internacional, su defensa de las enseñanzas pro-vida y la publicación del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica. Posteriormente, el mundo fue inspirado por el testimonio de su sufrimiento y muerte.
El legado del Beato Papa Juan es, por supuesto, el Concilio Vaticano II que convocó a menos de 90 días de su elección. Su ventana abierta no sólo dejó entrar aire nuevo, sino como lo llamaría más tarde el Beato Juan Pablo, dejaría que la Iglesia saliera hacia las plazas. El Concilio Vaticano II se convirtió en un acontecimiento cubierto por los medios de comunicación y el mundo utilizó esa ventana para ver el funcionamiento interno de la Iglesia Católica. El Beato Papa Juan no vivió más allá de la primera de las cuatro sesiones del Concilio. Sin embargo, su visión continuó siendo el catalizador de los debates que produjeron los 16 documentos aprobados por los Padres del Concilio.
Las fiestas de los dos nuevos santos se celebrarán el 3 de Junio, para el Beato Juan XXIII y el 22 de Octubre, para el Beato Juan Pablo II.
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