No debería caernos por sorpresa que la inmensa mayoría de los Católicos (79%) y la mayoría del público en general (58%) vean a Papa Francisco favorablemente. (Centro de Investigación Pew) Sus palabras y acciones durante los últimos seis meses han sido testigos de la verdad del Evangelio…¡Dios es amor!
El Papa Francisco es el rostro de la Iglesia Católica y del Cristianismo para una gran parte de la población mundial. Aun cuando el cristianismo no puede ser un concurso de popularidad o un culto a la personalidad, tiene sentido que quienes tienen una opinión favorable del Papa estarán más abiertos a su importante mensaje.
Y el mensaje es claro: Dios es un Dios que ama, no un Dios que condena. El Cristianismo es una manifestación del amor curativo y misericordioso de Dios en la persona de Jesús. Como Jesús le recordó al apóstol Felipe, “el que me ha visto, ha visto al Padre (John 14:7).
La misión de Jesús es revelar al Padre (Juan 14:7) y la misión de la Iglesia es revelar a Jesús. El Santo Padre se ha propuesto realizar la misión de Cristo y de la Iglesia lavando los pies de los prisioneros, favoreciendo a los inmigrantes, definiendo el papel del obispo como pastor, desafiando la indiferencia global hacia los marginados, visualizando una “Iglesia pobre para los pobres” y llamando a la juventud a “formar una nueva generación que vive y transmite la fe a las nuevas generaciones.”
En una época en la que la tecnología se ha convertido en el nuevo ídolo, el Papa ha restaurado un Cristianismo que se hace presente por medio del amor, el gozo, la misericordia, la humildad y la presencia. Un Cristianismo impulsado por el mandamiento de Jesús de “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo” (Lucas10:27).
El Santo Padre está modelando el discipulado a cada uno de nosotros. Somos más que observadores de una nueva e interesante serie de eventos, somos participantes. Cada uno de nosotros es testigo de Jesús en nuestra familia, amigos y compañeros de trabajo. Pidamos siempre por nuestro querido Papa Francisco y porque nuestro testimonio sea tan eficaz como el suyo.
Por favor acompáñenme orando regularmente para que el Espíritu Santo ilumine a nuestro Santo Padre mientras el guía la Iglesia hacia una imagen más perfecta de Jesús como el camino al Padre.
Crédito de fotografía: CNS/Paul Haring, 11 de Septiembre de 2013
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