Aparentemente la Reforma Migratoria se ha convertido en otra víctima del caos del Congreso que ha reemplazado al sentido común al sureste de la Avenida Pennsylvania. El grupo bipartidista de los siete que patrocina un proyecto de reforma migratoria en la Cámara se ha derrumbado, lo cual señala la aparente muerte de acción de la Cámara.
La polarización política parece haber puesto un fin a cualquier legislación que el presidente apoye independientemente de sus ventajas o del bien a la comunidad. El absolutismo ideológico es un veneno para el proceso democrático, el cual crea una visión política que interrumpe la visibilidad a todo menos lo que interesa al espectador.
De alguna manera debe haber una restauración de la confianza, el respeto mutuo y la voluntad de compromiso en la Cámara y el Senado. Las voces estridentes de los políticos mezquinos necesitan dar paso al diálogo considerado de estadistas. Desatar el nudo gordiano significa que nuestro gobierno requerirá sabiduría y liderazgo, cualidades que necesitamos urgentemente en Washington.
Debemos orar por el Congreso y por los líderes de nuestra nación y siempre tener en mente las palabras del Santo Padre.
“No dejen que les roben la esperanza.”
This post is also available in/Esta entrada también está disponible en: Inglés