Lleno de júbilo, felicito al obispo Kevin Vann de Fort Worth por su nombramiento como Obispo de la Diócesis de Orange, California. El Obispo Vann ha sido un buen amigo y colega durante mi estancia de cinco años en Dallas. Hemos trabajado juntos en numerosos proyectos al servicio de los Católicos del norte de Texas. La gente de la Diócesis de Orange será muy afortunada de contar con el servicio de un pastor que ha demostrado sus habilidades pastorales y administrativas mucho más allá de la Diócesis de Fort Worth.
El Obispo Vann ha estado a la vanguardia en muchas iniciativas nacionales, incluyendo un grupo de trabajo a cargo de la instrumentación de la constitución del Papa Benedicto que da la bienvenida a Anglicanos que desean profesar la fe Católica. Recientemente el Obispo Vann ordenó a seis ex sacerdotes Episcopales para servir en el Ordinariato de la silla de San Pedro.
El Obispo Vann será el pastor de una diócesis con más de un millón y cuarto de Católicos, en la que será el sucesor del Obispo Tod David Brown, quien se ha jubilado después de servir a la diócesis durante 14 años.
El Obispo Vann, nativo de Springfield, Illinois, fue nombrado Obispo de Fort Worth en el año 2005 tras la muerte de su predecesor el Obispo Joseph Delaney. Con un doctorado en Derecho Canónico del Angelicum en Roma, él fue ordenado en la Diócesis de Springfield en 1981 donde se desempeño varios cargos hasta su nombramiento como Obispo coadjutor de la Diócesis de Fort Worth en el 2005.
Nuestra estrecha relación ha enriquecido mi estancia en Dallas. Y, aunque me despido con cierta melancolía del Obispo Vann, mis mejores deseos lo acompañan mientras se dirige al lado oeste en este nuevo capítulo en su vida y ministerio.
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