La decisión de no participar en el Programa de Expansión de Medicaid no le favorece a Texas debido a que nuestro estado cuenta con seis millones de ciudadanos que carecen de seguro medico. La participación de Texas en el Programa de Expansión de Medicaid habría reducido este número casi a la mitad.
Apenas la semana pasada, la Agencia Federal para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud publicó un informe mostrando que Texas es el estado con el más bajo nivel de servicios de salud en toda la nación, lo cual no es una posición envidiable.
De haber elegido participar en el programa de expansión, se hubiesen requerido fondos estatales adicionales. Sin embargo, más del 60 por ciento del costo adicional habría sido cubierto por el gobierno federal.
Las implicaciones de esta decisión son que las personas sin un seguro medico continuarán acudiendo a las salas de emergencia de los hospitales en donde, por ley, no les podrán ser negados los servicios, aumentando la carga a nuestros hospitales caritativos y pasando el costo a los contribuyentes locales.
Texas y los Texanos se merecen algo mejor.
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