No es que el ideal cristiano haya sido puesto en práctica y se haya considerado defectuoso, sino que ha sido considerado difícil y ni siquiera se ha intentado. G. K. Chesterton
Muchos de nosotros nos sentimos un poco culpables al leer la declaración de Chesterton. Ser un discípulo de Jesús no es fácil. ¿Quién quiere poner la otra mejilla? ¿Quién de nosotros está dispuesto a compartir los problemas de otras personas? ¿Vender nuestras pertenencias y dar el dinero a los pobres? Eso suena ridículo.
Clarence Jordan (autor del Evangelio del Parche de Algodón) escribió acerca de los admiradores de Cristo y de los Discípulos de Cristo. Podemos ser admiradores de Jesús siendo Cristianos selectivos y eligiendo una o dos de sus enseñanzas, las que se acomoden a nuestro estilo de vida, y sentirnos justos ignorando el resto de ellas. O bien, podemos elegir ser Discípulos de Jesús cargando nuestra cruz, siguiéndolo día tras día (Lucas 9:23) y comprometiéndonos a amoldar nuestras vidas a Su Evangelio.
En la actualidad existe tanto énfasis en el juicio de Dios que nos olvidamos de que el Evangelio nos trae un mensaje de amor. La Ley de Dios, es una ley de amor, no de miedo. Tristemente, el miedo a Dios se enfatiza porque los seres humanos tendemos a responder más al miedo que al amor. San Pablo nos señala, “no tengan deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido con la Ley” (Romanos 13:8).
¿Es esto alarmante? No, no lo es. Los Cristianos no están por encima de la Ley, solo que siguiendo el mandato de Jesus de “Amar a Dios y al Prójimo;” ellos harán más que cumplir con la Ley. San Pablo nos lo explica de esta manera: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no tengas envidia…y todos los demás se resumen en estas palabras: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la Ley perfecta” (Romanos 13:9-10).
Regresando a Chesterton, ¿ha fallado el Cristianismo, o hemos fallado los Cristianos? ¿Hemos elegido la admiración sobre el discipulado? ¿Hemos elegido el miedo por encima del amor?
La decisión es nuestra.
This post is also available in/Esta entrada también está disponible en: Inglés