Al celebrar una vez más el Día de nuestra Independencia, ofrezco mis oraciones por nuestra nación guiada por Dios.
Amado Señor, al reflexionar sobre el gran privilegio de ser norteamericanos, te pedimos bendigas nuestra nación para que podamos ser, verdaderamente, una luz para el mundo. Otórganos el don de la compasión, para que seamos capaces de percibir el sufrimiento y buscar aliviarlo; otórganos el don de la humildad para poder reconocer que la verdadera grandeza no se encuentra en el dominio sino en el servicio; haznos prudentes para que actuemos siempre con sabiduría y justicia; concédenos el don de la cortesía para que seamos capaces de tratar a nuestro prójimo con respecto y dignidad, y finalmente, bendícenos con la sabiduría que busca la verdad y la valentía para luchar por ella. Amen
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