Mientras te encuentras leyendo este blog, yo estaré en camino a Irlanda para servir como Delegado Nacional de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos en el 50vo Congreso Eucarístico Internacional en Irlanda. En esta ocasión, el evento se llevará a cabo en Dublín, mi ciudad natal. El Congreso ha creado un gran entusiasmo en Irlanda debido a que no ha sido sede de un Congreso Eucarístico desde 1932, el Papa León XIII, quién erigió la Diócesis de Dallas, convocó el primer Congreso Eucarístico Internacional en 1881 en Lille, Francia con el propósito de ” hacer que nuestro Señor Jesucristo sea cada vez más conocido, amado y servido en el Santísimo Sacramento del Altar…y de trabajar para extender su reinado social en el mundo”. Por lo que los Congresos tienen la doble dimensión de la Piedad Eucarística y el aspecto social de la Eucaristía. Los Primeros Congresos Internacionales se realizaron en Europa hasta el año1893 cuando la celebración del congreso se llevó a cabo en Jerusalén. Desde entonces, los Congresos se han celebrado en Asia, Oceanía, Norteamérica y Latinoamérica. En los Estados Unidos se han realizado dos Congresos Eucarísticos Internacionales; en Chicago en 1926 y en Filadelfia en 1976. En los Estados Unidos, los Congresos Nacionales Eucarísticos se han realizado en Nueva Orleans, Nueva York y Cleveland.
Un aspecto importante de los congresos es estimular en los Católicos la fe en la “Presencia Real” de Jesús en la Eucaristía (un dogma fundacional de la Iglesia) y promover la devoción Eucarística fuera de la misa. La devoción Eucarística nos llama no solamente a una transformación moral e interior, sino también a uno transformación social y cultural. La celebración del Misterio Eucarístico nos compromete a trabajar por la justicia y la transformación del mundo al ver como aumenta, día con día, el número de víctimas de la injusticia y la opresión. Recientemente, se ha agregado una dimensión pastoral a la doble dimensión original de los Congresos Eucarísticos. La devoción a la Eucaristía es el principio que inspira la acción pastoral y la nueva evangelización. Tal devoción debe inspirar a obispos, sacerdotes, diáconos, catequistas y otros trabajadores pastorales a mostrar una catequesis Eucarística que promueva una vida Cristiana de servicio, colaboración y solidaridad, especialmente con los pobres.
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