San Agustín nos exhortaba a ” orar como si todo dependiera de Dios y trabajar como si todo dependiera de nosotros”.
En el mundo tan agitado en el que vivimos, la primera parte del consejo de San Agustín, orar, ha sido esencialmente olvidada. Demasiadas personas creen que no necesitamos la ayuda de Dios; que la ciencia, la tecnología y el ingenio humano es todo lo que necesitamos para proporcionar soluciones. Pero desafortunadamente, no es así.
El Papa Benedicto XVI clarifica esto en su mensaje del Día Mundial de Oración por las Vocaciones, en el que escribió: “Será tarea de la pastoral vocacional ofrecer puntos de orientación para un camino fructífero. Un elemento central debe ser el amor a la Palabra de Dios, a través de una creciente familiaridad con la Sagrada Escritura y una oración personal y comunitaria atenta y constante, para ser capaces de sentir el llamado divino en medio de tantas voces que llenan la vida diaria.”
Una vocación al sacerdocio, la vida religiosa o el diaconado es radicalmente distinta a elegir convertirse en un abogado, un profesor, un científico, o cualquier otra de las muchas profesiones o carreras honorables. Es un llamado de Dios, un movimiento del Espíritu Santo. La misma palabra vocación proviene del latín vocare, que significa llamado.
Como lo señala el Santo Padre, lo que hace posible “escuchar el llamado de Dios en medio de todas las voces de la vida cotidiana es la oración. Orar por las vocaciones debe ser una práctica diaria de las parroquias, escuelas, padres de familia y, particularmente, de los jóvenes. La oración nos ayudará a discernir y responder al llamado suave, pero persistente, de Dios. Para nosotros, como cristianos católicos, la Eucaristía es la máxima expresión de la oración y el Santo Padre hace hincapié en su mensaje: “Pero, sobre todo, que la Eucaristía sea el centro vital de todo camino vocacional: es aquí donde el amor de Dios nos toca en el sacrificio de Cristo…la Sagrada Escritura, la oración y la Eucaristía son el hermoso tesoro que nos permite comprender la belleza de una vida comprometida al servicio del Reino.”
Habrá tarjetas de Oración por las Vocaciones disponibles en todas las parroquias y los sacerdotes y seminaristas compartirán sus historias de vocación en muchas de ellas. Por favor, lleve una a casa y utilícela. Muchas personas están siguiendo la segunda parte del consejo de San Agustín. La Oficina de Vocaciones, el Club Serra, el Gremio de Vocaciones, los Caballeros de Colón y otros grupos e individuos en la Diócesis de Dallas se encuentran trabajando incansablemente promoviendo las vocaciones. No todos podemos participar en sus esfuerzos, pero todos podemos orar. Así que, oremos, no sólo en este Día Mundial de Oración por las Vocaciones, sino día con día, constante y persistentemente…“como si todo dependiera de Dios.”
This post is also available in/Esta entrada también está disponible en: Inglés