La Primer Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos ofrece dos garantías a la religión:
- No puede haber ninguna ley que establezca una religión oficial del Estado
- No puede haber ninguna ley que prohíba el libre ejercicio de la religión
Hemos escuchado una y otra vez acerca de la separación que existe entre la iglesia y el estado. Sin embargo, nuevas leyes y reglamentos están violando nuestro derecho a practicar nuestra religión libremente. Además, la libertad religiosa que nos concede la Constitución se está deteriorando cada vez más.
La libertad religiosa de los Católicos y de las instituciones Católicas está siendo agredida de distintas maneras:
• El Departamento Federal de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha determinado que la cobertura de anticonceptivos (incluyendo abortivos) y la esterilización se incluya en todos los planes de seguro de salud privados. La llamada exclusión religiosa carece de sentido y no hace nada para proteger a aseguradoras Católicas, a otras aseguradoras o a individuos con objeciones morales.
• Las agencias gubernamentales HHS y USAID exigen que agencias Católicas y otras agencias no gubernamentales reciban fondos para incluir la distribución de condones como parte de servicios reproductivos completos.
• El Departamento de Justicia ha dejado de defender la Ley de la Defensa del Matrimonio (DOMA) alegando que apoyar la ley sólo sería motivado por favoritismo y prejuicio.
• En un proceso que ahora se encuentra ante la Suprema Corte, el Departamento de Justicia está atacando la excepción ministerial.
• En Nueva York y otros Estados los empleados del condado enfrentan acciones legales por negarse a participar en uniones del mismo sexo.
En todos estos ejemplos, y otros, a Católicos y a otros individuos e instituciones se les está prohibiendo la práctica de su religión al ser obligados a participar o apoyar situaciones que están en conflicto con sus creencias religiosas.
Y así, casi sin que nos demos cuenta, nuestros derechos se han ido deteriorando poco a poco.
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos está tan preocupada por estos acontecimientos que ha nombrado un Comité para la Libertad Religiosa con el propósito de formar un frente unido y enérgico en nuestra nación para la defensa de nuestra libertad religiosa.
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